De la innovación al pensamiento creativo, el man de los zapatos amarillos y el posicionamiento de marca

Buena la asistencia al evento “OffOn” de la Corporación Escuela de Artes y Letras, realizado dentro del marco para la integración de la industria publicitaria: “De la innovación al pensamiento creativo 3.0”. Un simpático evento para el aprendiz de publicidad y marketing, liderado por Gabriel Bernal García, Director de Publicidad y Marketing de la mencionada institución universitaria.

Ya en su tercera versión y mi primera vez en el convite, fue bastante grato percibir el entusiasmo de los asistentes, muchos de ellos, las jóvenes promesas de la creatividad publicitaria colombiana, así como divertidas y enriquecedoras, las nociones que a bien tuvieron compartir los ilustres invitados.

Aun cuando fueron seis las intervenciones célebres. En esta ocasión, fue la del “man de los zapatos amarillos, los cordones azules y el tacón de madera”, la que verdaderamente captó mí atención. Bueno, sí, estimo que su estrategia de posicionamiento a través de sus zapatos, le funcionó a las mil maravillas pero también porque comparto la terminología que empleó Samuel Estrada, Vicepresidente Creativo de McCann Colombia, en su presentación, “No hay que gritar para que te oigan”, bastante afín con la que empleamos los que buena parte de nuestro tiempo, dedicamos a la identidad de marca.

Así mismo y porque hoy día los canales de comunicación de una solo vía, aquellos de los que antiguamente dependían los publicistas para realizar indómitas promesas tal cual asociaciones emocionales para las marcas, están vapuleados o desacreditados. Por eso, ha sido grato haber escuchado de un curtido publicista como Samuel Estrada, términos como “cautivar” o “enamorar” al consumidor. Particularmente, cuando tantos de sus colegas se han dedicado a entretener en vez de venderle a su audiencia.

En esencia, la presentación de Samuel giró en torno a lo relevante que son las buenas ideas para el éxito publicitario. Algo así como la importancia del posicionamiento indicado para el éxito de la marca.

En fin, ha sido grato percibir que aún quedan publicistas interesados en “cautivar” y “enamorar” a su audiencia, independiente de si apelando a las propiedades organolépticas del producto o a través de algún otro artilugio publicitario aun cuando, preferiblemente en mi opinión, más de este lado tradicional que de la orilla del frenesí de los medios sociales.

Después de todo, ¿quién se levanta en las mañanas anhelando entablar una conversación con su shampoo? Por desgracia para las marcas, “todo el mundo”, según la arrogante concepción del marketing contemporáneo y puesto que la tecnología así lo permite, haciendo por lo demás, que nos sintamos más cerca e involucrados con ellas, no obstante las reservas al respecto de muchos de nosotros .

Por último y considerando que no hay mucho que decir de varios de los producto exhibidos en la góndola, y ahora que hemos cambiado de “declarar” a “conversar”, el propósito de las comunicaciones de marketing, apuesto porque también urge diversificar de “creación creativa” a “certeza de negocio”, la definición de las marcas.

Y Samuel, la charla como los zapatos, cumplieron su cometido. ¡En hora buena!

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