Son tres los reincidentes del cartel de los pañales que, deja la cantata de tres de las cinco firmas pilladas con las manos en el cartel del papel higiénico. Familia, Kimberly y Drypers, no aguantaron las ganas de evacuar los intereses del consumidor. Es que si tan solo las empresas que atienden el 88 por ciento de la demanda interna colombiana, hubiesen previsto tres peldaños comerciales en su último comité de marketing, de seguro habrían evitado el embarazoso asunto tal cual esquivado el “letrinazo” con la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
Y como para evitar la salida fácil que es un “cartel de producto”, yo que usted, tendría siempre presente la percepción, la cultura y la realización, en cada uno de los comités de marketing a los que asista.
Percepción— es la sensación interior que resulta de una impresión o experiencia material de la marca hecha en los sentidos del consumidor. En dicho término, la percepción es: agradable; no requiere la distinción de todo el mundo sino más bien de aquellos que son los indicados para su marca; la percepción no es tan ambigua como usted cree; la consecución de percepción es incondicional como sencilla de evaluar.
Cultura— es la narrativa de marca que compartimos para que la gente desarrolle su juicio crítico de nosotros, es la transferencia testimonial y emotiva de nuestra parte hacía el consciente consumidor. En dicho término, la cultura es: elusiva a los de marketing como para que sepan educar acertadamente; toma tiempo; asume varias formas aunque sin vacilación, la experiencia de marca, es la alternativa más confiable y de mayor impacto cuando de instruir al consumidor se trata.
Realización— último de los peldaños, mas el único cuya medición habrá de trasnochar al financiero. No obstante usted lo lamentará, si se abstiene de los dos primeros por impulsar el tercero. En dicho término, la realización es: un hecho lógico que ocurre con mayor frecuencia que uno que debe fomentarse; suscita temor por anticipado; quizás probable “en otro momento” que “definitivamente nunca”; mayoritariamente neutral en el accionar de la gente aunque si se les trata bien, quizás lo difundan entre sus amigos y conocidos.
Ahora bien, si es usted de aquellos que no les basta con solo tres peldaños comerciales y prefieren la confabulación para controlar los precios de su categoría de producto, sobre el marketing tradicional y de medios sociales, es bastante probable que muy pronto se encuentre usted en el negocio de la delación tal cual en la letrina con la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).
