Atrévase a cambiar el origen animal de los ingredientes

El factor que impulsa estos cambios es la mayor preocupación de los consumidores por la salud y por el impacto ambiental y social de la producción de alimentos, así como las inquietudes de las empresas sobre la regulación y la seguridad. El cambio se impone como una necesidad impostergable. Y aunque está disimulado de amenaza, de usted depende convertirlo en una oportunidad. La caída de empresas que parecían invencibles demuestra, una y otra vez, que olvidar el imperativo de anticiparse a las transformaciones solo genera inmovilidad.

El asunto, más allá de lo tendencioso que pueda parecer, es que el consumidor se interesa cada vez más por conocer el lugar y la gente involucrada con los ingredientes que las firmas de alimentos ponen en sus mesas.

Desde firmas de nicho hasta grandes compañías, las empresas se están apresurando a satisfacer la creciente demanda de los consumidores que quieren saber más acerca de lo que hay en su comida, de dónde vino y cómo se produjo. Nuevas “etiquetas inteligentes” en los envases dan más información nutricional y más adelante podrían llegar a indicar dónde se compra cada ingrediente.

En Brasil, JBS, el gigante de la carne creó un programa llamado “Confianza desde el origen” para su marca Friboi, por el cual el consumidor puede visitar un sitio Web y, al ingresar un código que aparece en los envases de varios productos, rastrear el nombre de la granja donde se crío el animal.

Y en España, “Igualdad Animal”, reveló “el peor maltrato animal conocido se produce en las granjas y mataderos: si alguien le hiciera a un perro o a un gato lo que la ganadería industrial hace a los animales de granja, acabaría en la cárcel. La diferencia es que las animales víctimas de la ganadería industrial son cerdos, vacas, terneras, pollos y gallinas, entre otros”.

Los animales no quieren morir. Hasta el último segundo de su vida, antes de ser violentamente degollados en inhumanos mataderos, su deseo por vivir es tan grande que intentan evitar lo inevitable. Luchan, se niegan a avanzar hacia el matarife.

¿Lo dudas? Pues, se me da que no lo hará usted, una vez haya experimentado el poder de la realidad virtual en este pionero proyecto: ¡Animal!

Igualdad Animal” (Animal Equality) es una organización internacional dedicada a la defensa de los animales que, lleva diez años contando la crueldad de la ganadería y, en todas las investigaciones se ha demostrado que el maltrato animal es algo inherente a la industria cárnica. Representa la perversión de un sistema en el que los animales son mercancía a la que se trata de sacar el mayor rendimiento económico posible…

En ese orden de ideas, lo importante es entender lo que preocupa más al consumidor de cada mercado a la hora de decidir qué tipo de información proveer. En todos los lugares, los consumidores están cada vez más informados sobre cómo los productos son hechos, su composición, ingredientes e incluso el comportamiento de las empresas.

Si usted y las directivas creen en el cambio, y lo apoyan, el resto de la organización también se contagiará. Pero no crea que es un proceso imperceptible. Debido a que siempre afecta intereses, la resistencia aparecerá por instinto. No se dé por vencido: si logra repercutir la naturaleza negativa del conflicto, hasta en los detractores encontrará respuestas. Y cuando usted demuestre los beneficios de la transformación, sumará muchos adeptos a su bando.

No obstante, recuerde que no basta con establecer la visión del cambio, comunicarla, diseñar el programa y seguir el procedimiento. El cambio tiene que ser parte de la cultura de la empresa y circular por sus pasillos hasta convertirse en modelo de proceder.

La dinámica del consumidor y el proceder de la competencia le impondrán más y más cambios, por lo tanto, tenga presente que sin una mentalidad ganadora usted corre el riesgo de estrellarse. ¡Animal!

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