Dedique algo de tiempo de su cotidianidad para enunciar y reflexionar sobre sus contratiempos profesionales. No tiene que ser demasiado elaborado. Para el efecto, tal vez, fue que no consiguió el cargo laboral o el ascenso que anhelaba, o su presentación en el comité de marketing no salió tan bien como esperaba, o su propuesta de emprendimiento fue rechazada, o no lo convocaron al partido o lo convocaron, pero no lo incluyeron en el onceno titular, ni tampoco le dieron la oportunidad de jugar para demostrar todo su talento. Por lo general, no acostumbramos a comunicar nuestros fracasos; sin embargo, sugieren los psicólogos que, articular nuestros contratiempos puede ayudarnos a reagruparnos como a obtener el apoyo que requerimos para reconstruir nuestra confianza y recuperar el control de nuestra trayectoria profesional. Al respecto, empiece por percibir sus emociones. Asigne tiempo y espacio para procesar dichas emociones. Incluya el vocablo ‘desahogo’ a su lista de quehaceres por realizar, aunque, no se debe exceder el tiempo que a ello usted dedique. Converse con alguien (familiar, amigo o colega) que lo escuche con empatía, pero tampoco se vaya usted a dejar llevar por la negatividad. Reír es igual de fundamental, la risa libera endorfinas que ayudan a aliviar el estrés. Enuncie una lista de posibles pasos a seguir, diga usted, por ejemplo: ¿Qué hará para desarrollar su habilidad táctica, técnica, fortaleza física o contundencia emocional? ¿Cómo puede enriquecer sus habilidades para exponer en público previo a su próximo comité con sus superiores? ¿Qué nociones podrías desarrollar en su próximo lanzamiento de mercado? Por último, examine cómo evaluará el éxito. Defina las métricas correspondientes. Enuncie otra lista de aquello que es realmente importante para usted y; antes de finalizar el proceso, asegúrese de que su definición de éxito realmente esté alineada con sus valores.
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