Aun cuando sencillamente, lo manifestado carece de significado sin su respectiva implementación, ya que lo verdaderamente relevante es nuestro proceder y cuyo influjo rehusamos reconocer como corresponde.
Mencionamos constantemente nuestro anhelo por las ofertas de los comerciantes que incluyen servicio impecable, amplio surtido y valores colectivos, mas cruzamos la autopista hasta la mega tienda para ahorrarnos $5.300
Deseamos que las compañías cumplan sus promesas como que actúen consecuentemente y sin embargo, cuando un negocio que en el pasado nos ha defraudado, introduce nueva mercadería u ofertas tentadoras, regresamos para que de nuevo se nos malogre.
Expresamos nuestro disgusto por los honorables parlamentarios, mas la mayoría de nosotros votamos para reelegir a los necios.
Confiamos en que la gente utiliza su inteligencia vial pero cuando pretendemos la vía, nos cierran el paso y ahí se arma el despelote.
Afirmamos detestar a Amparo Grisales, mas todos los que pueden compran los potecitos de la cremita Revertrex, y continuarán haciéndolo sin reparar en la sanción por publicidad engañosa, anunciada ayer por Superintendencia de Industria y Comercio.
Lo dicho, la hipocresía podrá ser contagiosa, aun cuando el problema no radica en lo que decimos como si en lo que emprendemos.